martes, 30 de junio de 2009

MARÍA, MADRE DEL REDENTOR

Por ser la más bendita, la escogió Dios para que fuera su Madre, preservada de toda mancha para que de su seno Inmaculado naciera Aquel que es el camino y la vida, Purísima tenía que ser, la que de entre todas las mujeres se convirtiera en la Madre del Redentor.

Digna de veneración es aquella Virgen fiel, que el mismo Cristo desde el árbol de la Cruz, nos dio por Madre, y que sin duda alguna intercede por nosotros como abogada de gracia y dispensadora de piedad desde el trono de gloria en el que está.


Digna de alabanza, por poseer el conjunto de todas las virtudes, inagotable manantial de dulzura, siempre Reina de las Huertas, que se convierte en la alegría de su hermandad cuando se pasea por Almería aclamada por tanta gente, que año tras año continúan dando testimonio de su fe y devoción acompañando a esa venerada Imagen ante la cual se han santiguado tantísimas generaciones.

Orgullosos de tener una madre tan buena, volvamos un año más a festejar su festividad, sigamos llamándola dichosa por las maravillas que el Señor hizo en Ella y por los frutos que por sus constantes ruegos recibimos de la misericordia infinita de Dios. Descubramos el amor tan grande que la Virgen siente por nosotros, para que nuestros silencios se conviertan en palabras, y sepamos imitar sus mismos sentimientos y virtudes, y así seamos dignos de llamarnos hijos suyos.

José Antonio Esteban Rodríguez
Vocal de Juventud-Liturgia