miércoles, 1 de julio de 2009

EDITORIAL

“LA MATERNIDAD DE MARIA”

Es habitual en la editorial introducir o explicar brevemente el tema central que se desarrollará en la revista, pero en este número excepcionalmente, quizás porque ya por sí el título lo dice todo “La maternidad de María”, en lugar de introducir o aclarar quiero aprovechar estas líneas para liberar en voz alta algunos pensamientos, para dirigir públicamente una oración a Nuestra Madre del Carmen a la que agradezco su amparo en los momentos más difíciles y los logros que en esta última etapa todos juntos hemos conseguido, pero sobre todo agradecerle que siempre nos enseña que no son “logros” nuestros ni para nuestro engrandecimiento si no que son para mayor gloria de Dios y de Ella, su Santísima Madre.

Casi concluido este periodo de tres años quiero poner en manos de la Santísima Virgen del Carmen a todas y cada una de las personas que Dios ha puesto en mi camino, en el camino de la Hermandad, para que les ayudemos y nos ayudemos mutuamente, para que les demos a conocer a María y el valor del Santo Escapulario, y para hacerles partícipes de que el Reino de Dios es una realidad que comienza ya en este mundo. Aunque hemos de reconocer que solos no podemos, por ello, Santa María del Carmen, Madre de Dios y Nuestra, ayúdanos a ver siempre a nuestro lado a tu Hijo Jesús, ese Niño que nos bendice cada día y que Tú llevas tan cerca del pecho, a descubrir que Él es la Vida verdadera, esa vida que la sociedad a veces destruye en el niño no nacido, en el enfermo o en el que presenta alguna deformación o minusvalía, un ser humano de esos que la sociedad entiende como “renglones torcidos de Dios” pero que realmente son su obra maestra, porque esa es precisamente su forma de escribir y son el instrumento por el que se puede valorar si la fe es verdadera.

Santísima Virgen del Carmen, Reina de las Huertas, haz que nuestra fe sea firme y fuerte como tu Hijo quiere, se Tú nuestro modelo y cubre con tu Santo Escapulario a todos aquellos que han trabajado y colaborado de un modo u otro en la Hermandad, y que han cooperado con nuestra labor de evangelizar y difundir el amor que esta familia carmelita profesa a su Madre.

Gracias a todos y que Dios os lo premie.


Mª del Carmen García Fernández
Hermana Mayor