El proyecto es una iniciativa conjunta desarrollada por los ministerios de Sanidad e Igualdad y elaborada a partir de las recomendaciones elevadas por un Comité de Expertos y una Subcomisión parlamentaria constituidos para analizar las posibles modificaciones de la actual Ley del Aborto.
El aborto queda libre hasta las 14 semanas y la ministra se atreve a decir que hasta ese tiempo ese ser vivo que hay en el útero materno no es un ser humano. Oponiéndose a la inmensa mayoría de los médicos y científicos que aseguran que desde el momento de la concepción y que los seres vivos mantienen su identidad genética toda la vida, desde la fecundación hasta la muerte por lo que resulta falso afirmar que un ser vivo de una especie no es ya esa especie aunque exista en condición de feto.
La Ley es un escándalo porque elimina los derechos que otorga al no nacido la legislación española y la sentencia del Tribunal Constitucional del año 1985. Los derechos que indica esta sentencia son claros y concretos y se refieren al no nacido en su condición de feto. En las 14 semanas de embarazo ya se está hablando de feto.
Seguimos con el escándalo. En el periodo que trascurre entre las semanas 14 a la 22 la mujer podrá interrumpir su embarazo siempre y cuando concurra alguna de las siguientes circunstancias: que ocurra un grave riesgo de su vida o su salud –salud entendida de forma amplia, como estado completo de bienestar físico, mental y social- o que el feto sufra de graves anomalías. En ambos casos se exige el dictamen de dos médicos especialistas distintos de aquél que vaya a practicar el aborto.
Esto quiere decir que, la mujer podrá seguir abortando después de la semana 14 en los dos supuestos anteriores. ¿A qué da lugar el primer supuesto? Lo diré de forma sencilla: A que la mujer embarazada pueda abortar si su salud está en peligro entendiendo como salud su bienestar físico, mental y social. La pregunta que nos hacemos ahora es: ¿quién no tiene angustia, malestar, le falta dinero o a menudo tiene dudas personales en frente de un embarazo? Esto es, claramente, la instauración del aborto libre hasta la semana 22 convirtiendo de esta forma a la legislación española como la más favorable para abortar junto con la holandesa. La legislación española que despenaliza el aborto en cualquier momento –hasta el nacimiento del bebé-, es una Ley ideológica e injusta. Se trata de una ley que otorga privilegios penales e inmunidad a la mujer que realiza el aborto. Constituye un caso similar al de la ley de género.
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La Ley prevé que la mujer, tras la semana 22, podrá abortar en dos supuestos:
A) Si el feto se prevé que morirá después de nacer.
B) Si se prevé que el no nacido será portador de ‘taras’ importantes.
Este segundo punto es la clara manifestación de la mentalidad eugenésica del Gobierno y la brutalidad que esconde la nueva Ley. Las personas que no vengan libres de enfermedades o malformaciones están condenadas a no nacer. La ley discrimina a los discapacitados.
El diagnóstico prenatal generalizado eliminará grupos enteros de personas como las afectadas por el síndrome de Down, las que presentan cuadros de enfermedad mental por vínculos genéticos, como trastorno bipolar, o los sordos.
El diagnóstico precoz, donde el médico está obligado a participar, se convierte en un método para abortar. Y se practica el aborto eugenésico ante el mínimo defecto a considerar por parte de quien se somete a las pruebas.
Lo peor es que se está creando una conciencia social, una gran presión social, diría, para que estas prácticas se consideren, no sólo normales, sino recomendables.
Esta ley promueve la censura profesional. Para diagnosticar si el inmaduro es viable la ley propone un comité médico e impide que formen parte de este comité los médicos que hayan manifestado su postura en contra del aborto, es decir, que la opinión personal discrimina la capacidad profesional del médico. Esto quiere decir que si no participas y piensas como la doctrina establecida, estás fuera del circuito profesional.
Ninguna ayuda para la mujer embarazada. España es el único país de la Unión Europea que no prevé en su gasto social ayudas a las mujeres embarazadas, de ahí que asociaciones como “Pro-vida” cubran ese vacío.
Tampoco se estimula la posibilidad de adopciones. Hay que recordar que en España apenas hay niños para adoptar y los padres que desean acceder a esta posibilidad deben acudir al extranjero, lo cual les embarca en un proceso lento, costoso y sufrido. La nueva Ley no favorecerá la natalidad y el embarazo aunque no sea deseado.
No es verdad, como insisten todos los días, que la nueva ley que quiere imponernos nos equipara a la que tienen la mayoría de países europeos”, No hay ningún país de Europa que deje, en ningún caso, la vida del no nacido, en cualquiera de sus fases, al libre y único albedrío de la embarazada.
Incluso en los países con legislaciones más permisivas se declara como principio el respeto a la vida y se marca un límite en cuanto a semanas de gestación para poder interrumpir el embarazo.
En resumen: Una vida humana en gestación no tiene el derecho a lograr la plenitud de su valor primordial porque la nueva ley sobre el aborto lo impedirá con cuatro criterios. Son estos: (1) la afirmación de su condición no humana; (2) la no diferenciación de la madre, el “nosotras parimos, nosotras decidimos”, que es lo mismo que decir que quien tiene el poder puede usar y abusar; (3) el argumento basado en la dependencia de la madre, y (4) la consagración de que el discapacitado no tiene derecho a nacer, convirtiendo su vida en una gracia que le otorgan.
Pero frente a esta mentalidad, los cristianos sabemos que la vida humana es siempre buena noticia. Aunque surja o se halle en circunstancias difíciles toda persona humana es un regalo, un don de valor inestimable.
Pastoral Familiar