martes, 30 de junio de 2009

MARÍA MADRE

Este año hemos querido dedicar el Boletín de nuestra Hermandad a María, la Madre de Dios. Lo hacemos para gloria y alabanza de la Virgen, pues verdaderamente es la Madre de Dios, la Theotokos, como la proclamó el Concilio de Éfeso, en los primeros siglos de la Iglesia. Y lo hacemos también en un momento en que hemos de manifestar con claridad y sin duda lo que supone el don de la vida, como don precioso que Dios nos ha dado. En un tiempo en que se pone en duda lo sagrado de toda vida humana, desde el comienzo de la concepción y hasta la muerte natural, queremos anunciar, a través de esta humilde publicación, el evangelio de la vida que anuncia la Iglesia desde hace veinte siglos. No hay contraposición, porque no la puede haber, entre vida y maternidad; todo lo contrario, la maternidad es entrega de la vida, cercanía y acompañamiento a ese ser que misteriosamente ha prendido en el vientre de una mujer y que no le pertenece porque es de Dios.


Esta inquietud de nuestra Hermandad la hemos querido plasmar en algunos de lo escritos que contiene este libro, escritos que nos han trasladado personas entendidas, que generosamente han querido colaborar con nosotros en este, que sin duda, es un acto de evangelización. Desde aquí nuestro agradecimiento.

D. Víctor Montoya Villegas, sacerdote de esta diócesis almeriense, que en la actualidad prepara la tesis doctoral en teología dogmática, en la romana universidad pontificia Gregoriana, escribe un amplio artículo sobre María, Madre de Dios. Hace un repaso por la teología del que es el título más antiguo con el que la Iglesia ha confesado a María. El título más grande por el que conocemos a la Virgen nazarena.

Nuestro Consiliario y Párroco de San Sebastián escribe sobre este mismo tema, desde la perspectiva cristológica: Jesús, el Hijo de María. Haciendo un repaso por los momentos en que aparece Jesús como Hijo de María en el Evangelio, descubrimos lo que supone para Jesús, Dios y Hombre verdadero, ser hijo de la Virgen.

Y D. Clodomiro Ogando Durán, sacerdote de la Diócesis de Tuy (Vigo) y profesor de teología moral en su Seminario, nos escribe sobre la Iglesia y la defensa de la vida. La Iglesia desde su comienzo se ha significado como defensora de la vida, defensa que nace de la misma esencia de la fe en Jesucristo que por nosotros entregó su vida; el Hijo único del Padre que nos da la vida para siempre en el Espíritu. Queriendo así unir la maternidad con la vida, María con la defensa de la vida.

A estos artículos, se unen otras colaboraciones de organismos que trabajan y luchan por la defensa de la vida.

Quiera Dios, y su Santísima Madre, que estos escritos nos ayuden a concienciarnos en este tema que tiene tanta actualidad, y en el que se anuncia el sentido de nuestra existencia cristiana.